miércoles, 26 de octubre de 2011

Antecedentes

Este padecimiento fue observado por primera vez en el año 70 antes de Cristo, o al menos documentado por primera vez, según revela un papiro encontrado en Tebas (hoy Luxor) en 1862, en donde Areteo de Capadocia describe en el papiro varios síntomas que recuerdan a la enfermedad en cuestión, y la llama “Diabetes”, del griego, que significa “discurrir a través de”, cuando él suponía que la carne del cuerpo se eliminaba por medio de la orina. Y ciertamente no estaba tan errado, ya que cuando los niveles de glucosa son muy altos, a falta de insulina, el cuerpo comienza a requerir gran cantidad de agua poder expulsar una parte, causando que el individuo tenga una necesidad de orinar constantemente, orina mucho más de lo que una persona promedio, y como sabemos, por medio de la orina se barren también cierta cantidad de proteínas y minerales, por lo tanto una persona que padece esta enfermedad y que tiene esa necesidad incontrolable de orinar también esta desechando una gran cantidad de valiosas sustancias que su cuerpo necesita, provocándole debilidad, sueño y cansancio. La necesidad de orinar causa mucho revuelo entre las personas afectadas por lo descrito anteriormente, pero más aún porque que resulta sumamente engorroso e incómodo para los que la padecen, a grado tal que este se ha convertido en el síntoma más reconocido para la Diabetes.


Ya desde esa época, en la antigua Grecia se especulaba que la orina incluso era dulce porque observaban que atraía a hormigas y abejas, sin embargo fue muchos siglos después que el médico Thomas Wills le agrega el término del latín “Mellitus” que significa “miel”, al probar y comprobar que efectivamente la orina tiene un sabor cargadamente dulce ocasionada por el exceso de azúcar que contiene.

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